domingo, 12 de agosto de 2018



Cronos y Kairós

Cronos y Kairós eran conceptos utilizados en la Antigua Grecia para referirse al tiempo: el primero se refiere al tiempo cronológico, lineal y secuencial; el segundo es el tiempo indeterminado donde suceden las cosas especiales.

En Cronos, el reloj maneja nuestra vida, es el fluir del tiempo sobre el que el ser humano no tiene poder alguno. En Kairós, prevalece la calidad y no la cantidad de tiempo Cronos invertido, dado que es distinto al tiempo que marca el reloj.

Cronos es un tiempo cuantitativo, que se acumula: minuto tras minuto, hora tras hora, día tras día. Kairós es un tiempo cualitativo, es el de la oportunidad, el de la inspiración, el del acontecimiento. Se trata de un tiempo no lineal: irrumpe, aparece, solo tenemos que estar atentos. Es la creación, es esa idea de cómo resolver algo que hasta el momento no tenía solución. Es el instante en que nos animamos a salir de lo establecido.

En nuestra existencia prevalece el vértigo, y estamos inmersos en una cultura de la velocidad y de lo efímero, una exaltación de correr, correr y correr sin un propósito. Miles de estímulos en un día, que ya pasan desapercibidos por la vorágine, el stress y el consumismo en el que vivimos. Una búsqueda eterna de un objeto perdido, aunque en realidad, lo que se está perdiendo no es el objeto sino el sujeto. Somos esclavos de nuestro tiempo, arrojados al mundo en el que subsistimos, y anestesiados de diferentes formas. Nos olvidamos de conectarnos con nosotros mismos, con nuestra espiritualidad, en un tiempo diferente. Estar en Kairós, es estar en plenitud.

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